Observaciones sobre la noción de forma en los libros Z y H de la Metafísica

Observaciones sobre la noción de forma en los libros Z y H de la Metafísica que aprendí durante el examen de candidatura de doctorado de Martín Barbosa, con Edgar González Varela y Ricardo Salles:

  • Según Martín Barbosa, Aristóteles introduce la distinción forma-materia, en primer lugar, para formular el debate metafísico sobre la sustancia de los seres sensibles, y no directamente para presentar su teoría hilomórfica. Para caracterizar su teoría propia de la distinción forma/materia lo que sí introduce como una noción propia de su teoría es la distinción acto-potencia, en particular, su hipótesis es que la materia es sustancia en potencia. Es decir, la distinción ya existía en el trabajo ontológico de Platónicos y Pitagóricos (y Empédocles), lo nuevo que introduce son solo los nombres. Por otro lado, los físicos, no hacen la distinción porque no piensan que están a la par y en este sentido, Aristóteles piensa que, para poder presentar de manera clara el debate (sobre la sustancia de los seres materiales) debe buscarse una manera neutra de presentar el problema, y para eso es que se postulan “forma” y “materia”. 
  • No es lo mismo decir que en una teoría (como la materialista) no haya formas (lo cual es cierto) a decir que la noción de forma no tiene sentido para explicar la teoría (materialista, por ejemplo). Tan simple como que la noción de forma es esencial para decir qué es lo que no existe para los materialistas. 
  • Hay un tipo de cambios en lo que permanece no es la forma, sino la materia; y otro tipo de cambio en que sucede todo lo contrario.
  • La distinción forma-materia es al ser de las entidades lo que la distinción causa-efecto es a los sucesos 
  • Sin la forma no puedes hacer distinciones cualitativas, por ejemplo, no puedes distinguir un perro de un inodoro; pero sin la materia no puedes hacer distinciones meramente cuantitativas, por ejemplo, no puedes distinguir este cartón de leche de cualquier otro (Metafísica Z8).
  • Si asumimos que parte de la función de la esencia de una entidad compleja es explicar qué le da unidad, entonces es fácil inferir equivocadamente que, en tanto que es necesario apelar a las partes para explicar su unidad, entonces todo complejo tiene sus partes de manera esencial y, por lo tanto, necesaria. Sin embargo, esta conclusión va en contra nuestra intuición de que hay entidades complejas que podrían haber sido formadas por una materia distinta, es decir, que la materia es, en estos casos, si no accidental, por lo menos sí contingente.
  • La solución que yo propongo (pero no soy el primero en proponer algo de este tipo; según Salles, esto ya está en Aristóteles) es que la forma restringe el tipo de materia que puede formar un complejo (no podemos hacer esculturas de agua líquida, por ejemplo) pero no la determina.
  • Al final, la forma para Aristóteles no es ni esencia, ni género, ni sustrato, ni universal, sino actualidad.

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