¿Se puede ser DEMASIADO caritativo al argumentar?

Walton (2004: 114-5) dice que es importante responder al argumento de el otro, no otro que sería más útil, nomás porque se parece a lo que dice. En este sentido, es posible, ser demasiado caritativo al punto de falazmente adjudicarle al contrincante un argumento distinto al que efectivamente sostiene. Pero, dice Ignacio Vilaró, que en filosofía no es así. Aun sabiendo que no es el argumento que presentó el contrincante, la obligación central (pero no única) de quién argumenta es responder al mejor argumento contra nuestra posición.

Según Vilaró, la pragma-dialéctica reconstruye mal argumentaciones como la de filosofía porque no son realmente dialécticas en el sentido en el que son los argumentos mas cotidianos, es decir, no argumentamos realmente con personas, sino con ideas, argumentos, etc. 



Pero la pragma-dialéctica puede responder de dos maneras: primero, decir que lo que hacemos en filosofía (o ciencia, etc.) no es argumentación en el sentido en el que la pragma-dialéctica la define en tanto no se busca convencer a nadie. Si no tiene una dimensión dialéctica, no es argumentación, simplemente. Recordemos que, según la pragma-dialéctica, la argumentación


…tiene como objetivo convencer al destinatario de la aceptabilidad del punto de vista haciéndole ver que se han cumplido estándares críticos de razonabilidad mutuamente compartidos.” (van Eemeren et al 2014 pp. 2-6)


Pero también es importante recordar porqué existe la regla de la que se sigue la posición de Walton, es decir, porqué es importante, según la pragma-dialéctica responder al argumento que efectivamente sostiene la contrincante, a saber, efectuar un cambio positivo en su estado epistémico respecto al punto en cuestión. Creo que la pragma-dialéctica tiene razón que si no respondes al argumento que efectivamente sostiene la otra persona, ella estará justificada en sentirse ignorada y/o no ver cómo su argumento no es bueno. No import si el argumento que le atribuyes es mejor que el suyo, sigue sin ser el suyo, es decir, sigue sin responder a lo que ella piensa y le preocupa, es decir, piensa que es relevante tomar en cuenta para dirimir la cuestión. Al final, si no le respondes, estará fallando a la función de la argumentación, aun si tú, por tu parte, terminas mejorando, a partir de lo que tu contrincante dijo, el estatus epistémico de tu actitud respecto a la cuestión. Y esto es tan cierto si estás hablando filosofía como si estás hablando de soccer.

Comentarios

  1. Mucha gracias por compartir esta información fue de utilidad.

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    Estudio la licenciatura en mercadotecnia

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