¿Cómo funcionan los insultos?

Advertencia: el siguiente post menciona insultos raciales, y aunque estoy convencido de que tales menciones no son ofensivas, no obstante, pueden ser desencadenantes para aquellos que los hemos sobrevivido.

Lycan acaba de dar una conferencia en CUNY sobre lo que en inglés la gente llama “Slurs” – palabras como “naco” o “puto”, que hieren y dañan no sólo a aquellos a los que se les llama así, sino a grupos sociales completos. El problema principal de las propuestas semánticas, es decir, el de las propuestas que piensan que la razón por las que este tipo de palabras son tan dañinas es por lo que significan (en vez de, por ejemplo, como se usan o qué nos dicen acerca de la persona que las usa, etc.) es que el significado de las palabras puede fácilmente cambiarse gracias a la composicionalidad del lenguaje. En otras palabras, podemos cambiar el mensaje que queremos comunicar con una palabra dependiendo de qué otras palabras la acompañemos. Por ejemplo, aunque “malo” significa malo, si decimos de algo que “no es nada malo” decimos que es bueno, aunque usemos la palabra “malo”. Sin embargo, las groserías son groseras independientemente de con qué palabras las combinemos. Decir de alguien que “es bien puto” es tan grosero como decir que “no es nada puto”.
         Lycan resuelve este problema apelando a palabras como “pero” o “aunque”. Parte de su significado es que se usan cuando queremos hacer un contraste. Por eso es correcto decir “Helda es alemana, pero no habla alemán”, pero incorrecto decir “Helda es alemana, pero habla alemán”. Lo interesante de estas palabras, algo raro dentro de todo el lenguaje, es que esta parte de su significado no desaparece por mas que la combinemos con otras palabras, es decir, así como hay una manera de usar la palabra “malo” para decir de algo que es bueno, no hay manera de usar la palabra “pero” sin hacer un contraste.
Esto muestra que hay partes del significado de ciertas palabras que no pueden neutralizarse o mucho menos invertirse, sino que siempre están ahí cuando se usa la palabra. Según Lycan, lo mismo sucede con lo hiriente de ciertas groserías: este aspecto suyo no puede neutralizarse o mucho menos invertirse, sino que siempre está ahí cuando se usan dichas palabras.
Consideremos el siguiente enunciado:
  • “El artículo es de John, pero es muy bueno”
Espero sea claro que este enunciado es hiriente y ofensivo. Al usar la palabra “pero”, el hablante asume que el que el artículo sea de John hace inesperado el que sea bueno. Y nótese que no dice que podemos esperar de los artículos de John que no sean buenos, sino que simplemente lo asume como dado, de tal manera que si alguien piensa que los artículos de John suelen ser buenos no puede decir simplemente que lo que dice el hablante es falso. Entonces, al usar este enunciado, el hablante insulta e hiere a John, aun cuando John no forme parte de la conversación.
Compárese ese enunciado ahora con este otro. 
  • “Brayan es bajo de estatura, moreno, y se nota que es de recursos limitados, pero es honesto y trabajador.”
Una vez mas, tenemos un enunciado hiriente y ofensivo. Al usar la palabra “pero”, el hablante establece un contraste entre ser bajo de estatura, moreno, y parecer de recursos limitados con ser honesto y trabajador. El enunciado insulta a Brayan, pero lo hace de manera indirecta; el insulto principal es a todos los bajos de estatura, morenos, que parecen ser de recursos limitados. Al igual que en el caso anterior, el enunciado no dice que este tipo no personas no suelen ser honestos y trabajadores, sino que lo asume y eso lo hace mas ofensivo, pues el que usa este enunciado está asumiendo que nosotros que lo escuchamos también creemos que los bajos de estatura, morenos, que parecen ser de recursos limitados no suelen ser honestos y trabajadores. De esta manera, el enunciado logra insultar, en primer lugar, a los que son bajos de estatura, morenos, y se les nota que es de recursos limitados, pero también a Bryan y a cualquiera que forme parte de la conversación (muchos añaden, además, que no ofende a todos pues contribuye a la discriminación de un grupo marginado, como es el de los bajos de estatura, morenos, y de recursos limitados aparentes).
Finalmente, consideremos ahora el siguiente enunciado:
  • “Brayan es un naco”
Este enunciado también es hiriente y dañino. Usarlo insulta no sólo a Brayan, sino también a todos los que somos morenos, o bajos de estatura, o parecemos de recursos limitados o mostramos suficientes de las características fenotípicas, culturales o socio-económicas que caracterizan a los que somos llamados “nacos”. Además, insulta al que participa en la conversación al asumir que es una persona que no tiene problema con usar la palabra “naco” para hablar de alguien, y en última instancia, nos ofende a todos nosotros, al contribuir a la discriminación de un grupo marginado dentro de nuestra sociedad.

La propuesta de Lycan, y me parece muy buena, es decir que lo que sucede en este enunciado es, desde el punto de vista lingüístico, exactamente lo mismo que en el caso pasado (nos encontramos frente a lo que los filósofos del lenguaje llaman “una presunción léxica” que es un tipo de lo que llaman una “implicatura convencional”). El enunciado asume, sin decirlo explícitamente, ciertas expectativas negativas de cierto tipo de personas. La diferencia principal es que es menos explícito y está menos definido quienes forman parte del grupo al que se está dañando y qué es lo que se está asumiendo de ellos. Pero el mecanismo es el mismo. Así como es parte del significado de “pero” el que se usa apropiadamente cuando hay (es decir, cuando está dado en el contexto de la conversación) un contraste entre las cosas que conjunta, así también es parte del significado de “naco” el que se usa cuando está dado en el contexto de la conversación que este grupo de personas es inferior en algún sentido poco específico. 

Comentarios

  1. La entrada es buena, pero...

    No, ya en serio, sólo quiero hacer una observación: en lugar de '...que caracterizan a los que nos llaman “nacos”.' debería decir '...que caracterizan a los que somos llamados “nacos”.'

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