Intuiciones determinantes en conflicto

Afra Montero presenta el siguiente caso:

Me gustan los perros grandes, así que camino hacia un Pitbul gris plateado que veo durmiendo debajo de una manta. Obviamente, no quiero molestarlo, así que acaricio su pierna en silencio y digo "este es un perro hermoso" mientras contemplo su rostro. Pero sucede que, sin que yo me de cuenta, la cara que estoy viendo pertenece a un perro diferente al que estoy tocando; ambos perros están tumbados bajo la misma manta de tal manera que parecen ser uno solo.

Añadamos, además, que todo lo que describen los dos primeros enunciados del párrafo, y en particular, que el sujeto del experimento mental de Montero acaricia la pata y ve la cara al mismo tiempo es conocimiento común entre ella y a quien se dirige al decir "este es un perro hermoso, es decir, que puede ver perfectamente al hablante contemplar la cara y acariciar la pata, y que la hablante a su vez sabe que quien la escucha puede ver esto, etc.


Ahora bien ¿a qué perro intentaba referirse el hablante?

  1. Al perro cuya pata acaricia, aunque piensa que ese perro también es el que está viendo.
  2. Al perro cuya cara contempla, aunque piensa que ese perro también es el que está acariciando.
  3. Al perro (inexistente) cuya cara contempla y cuya cola acaricia.
  4. A los dos perros: aquel cuya cara contempla y aquel cuya cola acaricia.

Si digo que (A) o (B), ¿cómo decido entre ellas de manera que no sea arbitraria? Después de todo,  no veo qué diferencia podría haber entre ambos casos en la que se pudiera fundamentar tal diferencia semántica. También sé que la intención de la hablante era singular, es decir, intentaba referirse a un perro, no dos. Esto es inconsistente con la opción (D). Parece, por lo tanto, que nuestra mejor opción es (C). Después de todo, no es raro tener actitudes intensionales hacia objetos inexistentes. Durante mucho tiempo, exploradores buscaron infructuosamente el inexistente continente de la Atlántida. De la misma manera, es posible que la intención de la hablante haya estado dirigida hacia un ente inexistente, pese a no ser una intención puramente descriptiva, sino perceptual (aunque con un componente descriptivo necesario, a saber, la presuposición equivocada de que el perro cuya cara se contempla y cuya cola se acaricia es uno sólo).


Además, ¿logró referirse a él?


Si respondí que (A) o (B) a la pregunta anterior y que sí a esta, entonces la referencia sería inescrutable para quien escucha, ya que éste no tiene manera de distinguir entre (A) y (B), es más, al igual que el hablante, ni siquiera sabe que resultan en referencias distintas.

Si respondí que (C), ¿tengo que responder que no a esta pregunta? Después de todo, no parece imposible intentar referir a un objeto, pero terminar refiriendo a otro. 


Entonces, ¿a qué objeto termina refiriendo el sujeto con “este perro”?

  1. Al perro cuya pata acaricia
  2. Al perro cuya cara contempla
  3. A los dos perros
  4. A ninguno
También, ¿cambiaría la respuesta si la escucha no pudiera ver todo lo que hace la hablante, por ejemplo, si lo único que fuera conocimiento común fuera que acaricia la pata, pero no pudiera ver que además está contemplando la cara? ¿Y si quiene escucha sí supiera que la pata y la cara no corresponden a uno, sino dos perros?

Finalmente, ¿es posible que el hablante se comportara de la misma manera si supiera que no es un perro, sino dos?

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