Una paradoja del conocimiento proposicional

 Hace unos días en el desayuno, mi novia y yo nos topamos con esta paradoja que, por lo menos yo, no había visto en otro lado. Parte de cuatro premisas que me parecen poco controversiales:

  1. Los objetos del conocimiento proposicional son proposiciones [Primera Premisa]
  2. Para saber de manera singular (es decir, de manera directa, no descriptiva) de un objeto a que es F, es necesario conocer a a. (Como Platón ya argumentaba en el Teeteto) [Segunda Premisa]
  3. El conocimiento es fáctico: solo se pueden conocer proposiciones verdaderas. [Tercera Premisa]
  4. El escepticismo es falso: existe por lo menos un sujeto epistémico S y una proposición p tal que S sabe que p. [Cuarta Premisa]
  5. Por un poco de reflexión, S puede llegar a saber de no-p que es falsa [de 4 y un poco de lógica].
  6. S conoce a no-p [de 5 y 2]
  7. no-p es verdadera [de 6, 3 y 1]
  8. p es verdadera [de 3 y 4]
  9. p y no-p son ambas verdaderas. [Contradicción]
¿Alguien había visto algo parecido en la literatura?


Alejandro Gracia Di Rienzo ha identificado una aparición de la paradoja en la obra de Mario Bunge:

“...all of us know as many falsities as truths (And this trivially, in the sense that whoever knows the proposition p knows eo ipso not-p) […] Therefore the standard definition of ‘knowledge’ as true belief is inadequate” (Treatise on Basic Philosophy,  1983, vol. 5, p. 73).

Según Gracia Di Rienzo, 
El argumento de Bunge es defectuoso porque “conocer ~p” puede significar al menos 2 cosas:
(a) saber que la prop. “~p” existe 
(b) entender el significado de ~p
Y ninguna de estas es incompatible con “saber que p [es verdad]”.

No me convence este contra-argumento porque rechaza que "conocer p" signifique lo que usualmente queremos decir por "conocer p", es decir, tener una creencia justificada de p, cuya verdad no es accidental a nuestra justificación.

Después de buscar un poco, he encontrado en la literatura otra respuesta: rechazar la primera premisa para sostener que los objetos de conocimiento no son proposiciones, sino verdades o hechos. Esto resolvería la paradoja, porque bloquearía el paso de 6 a 7, pero a un costo muy alto, pues requeriría una semántica de los reportes de conocimiento muy torcida. Tradicionalmente, pensamos que el conocimiento es una actitud proposicional – como dice Katalin Farkas (2019), conocer "significa tener una actitud mental hacia algo que puede ser verdadero o falso, lo que generalmente consideramos una proposición" (mi traducción) – y esta asunción nos permite explicar inferencias (presuntamente) analíticas como la que va de (10) a (11). En otras palabras, si el objeto del conocimiento fuera un hecho y el objeto de la creencia una proposición, el conocimiento no sería un tipo de creencia. Además, teneos buenas razones aparte pensar que el conocimiento es hiperintensional, por lo que su objeto no podrían ser hechos.

10. S sabe que p.

11. S cree que p.

Otra estrategia sería explotar el hecho de que el conocimiento objetual viene en grados y argüir que el grado de conocimiento involucrado en el paso (6) es demasiado bajo para justificar el paso a (7). Pero esta estrategia sería aun mas extraña, pues necesitaría complementarse con toda una propuesta epistemológica que nos explique en qué sentido es correcto decir que sé que México está en América en grado mayor al que sé que México está en Europa (cuyo grado es mayor a cero, por supuesto). Veo poca prometedora esta propuesta.

La estrategia más prometedora es distinguir entre dos sentidos de conocimiento tales que el conocimiento proposicional y el conocimiento objetual no son dos casos de conocimiento en el mismo sentido. Como bien señala Farkas:

"Cuando se introduce la distinción entre conocer hechos y conocer objetos, a menudo se observa que en varios idiomas [se usan] palabras diferentes. Por ejemplo, el alemán distingue entre "wissen" y "kennen", el francés entre "savoir" y "connaître", y el húngaro entre "tudni" e "ismerni". En cada caso, el segundo de los pares se usa para [por lo menos algunos casos de conocimiento objetual, y el primero para el conocimiento de hechos]." (Mi traducción)

De esta manera, si quisiáramos reconstruir la paradoja anterior usando esta distinción para desambigüar nuestra manera de hablar del conocimiento, tendríamos que

  1. Los objetos del conocimiento-proposicional son proposiciones [Primera Premisa]
  2. Para saber de manera singular (es decir, de manera directa, no descriptiva) de un objeto a que es F, es necesario tener conocer-objetual a a. (Como Platón ya argumentaba en el Teeteto) [Segunda Premisa]
  3. El conocimiento-proposicional es fáctico: solo se puede tener conocimiento-proposicional de proposiciones verdaderas. [Tercera Premisa]
  4. El escepticismo es falso: existe por lo menos un sujeto epistémico S y una proposición p tal que S tiene conocimiento-proposicional de p. [Cuarta Premisa]
  5. Por un poco de reflexión, S puede llegar a tener conocimiento-proposicional de que no-p es falsa [de 4 y un poco de lógica].
  6. S tiene conocimiento-objetual de no-p [de 5 y 2]
  7. no-p es verdadera [de 6, 3 y 1]
  8. p es verdadera [de 3 y 4]
  9. p y no-son ambas verdaderas. [Contradicción]

Una vez que desambigüamos entre conocimiento-proposicional y conocimientio-objetual, queda muy claro que de 6 no se sigue 7 (aunque 8 sí se siga de 3 y 4). 

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