Cómo la filosofía inventó la computadora

 La computadora surgió de los intentos de resolver dos problemas filosóficos importantísimos:

1. La objetividad matemática

2. La causación mental


El proyecto formalista Hilbertiano tenía como objetivo explicar el primero de estos fenómenos, pero requería una noción rigurosa de cálculo formal, lo que dio pie a la teoría Tarskiana de la computación.

Dicho proyecto requería que la forma de una representación fuera intuitiva para todos, por lo que tenía que ser absolutamente explícita. 

Si no fueran perfectamente detectables por cualquier, no se podría garantizar la objetividad de sus resultados. Por eso era necesario que fueran accesible a la intuición empírica mas que a la racional.

Una vez que se logro dicha explicitud, solo faltaba un paso para entender a las propiedades formales como propiedades materiales (y empíricas) de las representaciones. Lo cual encajaba perfectamente en un modelo materialista de la mente.

En otras palabras, si pensar es computar, y computar no es sino manipular las propiedades formales de las representaciones, y éstas no son sino un subconjunto de sus propiedades material, entonces pensar es un proceso material sin más.

Y si era un mero proceso material, también podrían realizarlo otros sistemas materiales además de los cerebros, es decir, podrían construirse máquinas que computaran, las que ahora conocemos como “computadoras”, pero sería mejor llamarlas "computadoras artificiales" porque la hipótesis computacional es que computar es primordialmente lo que hacen nuestras mentes y en ese sentido, nosotros somos las computadoras por antonomasia.

La hipótesis computacional de la mente no es metafórica, sino literal: se basa en una teoría de la computación como teoría descriptiva de lo que, de hecho, hace nuestra mente al pensar. No se basa en las computadoras como modelos 'metafóricos' de la mente humana. 

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