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Mostrando las entradas de abril, 2016

¿Cómo funcionan los insultos?

Advertencia: el siguiente post menciona insultos raciales, y aunque estoy convencido de que tales menciones no son ofensivas, no obstante, pueden ser desencadenantes para aquellos que los hemos sobrevivido. Lycan acaba de dar una conferencia en CUNY sobre lo que en inglés la gente llama “Slurs” – palabras como “naco” o “puto”, que hieren y dañan no sólo a aquellos a los que se les llama así, sino a grupos sociales completos. El problema principal de las propuestas semánticas, es decir, el de las propuestas que piensan que la razón por las que este tipo de palabras son tan dañinas es por lo que significan (en vez de, por ejemplo, como se usan o qué nos dicen acerca de la persona que las usa, etc.) es que el significado de las palabras puede fácilmente cambiarse gracias a la composicionalidad del lenguaje. En otras palabras, podemos cambiar el mensaje que queremos comunicar con una palabra dependiendo de qué otras palabras la acompañemos. Por ejemplo, aunque “malo” significa malo, s

Sobre la ofensa

¿Qué debe poder explicar una teoría de la ofensa? I. La Ofensa es Falible En otras palabras, que algo ofenda y que sea ofensivo no son la misma cosa. U no puede ofenderse cuando no debería (es decir, frente a algo que no es ofensivo) y, vice versa, puede no ofenderse frente a algo ofensivo.  Ofenderse es evaluable tanto epistémica como moralmente: Uno está moralmente justificado en ofenderse si y sólo si el acto en cuestión es ofensivo.   Uno puede estar epistémicamente justificado en ofenderse si y sólo sí uno está justificado en creer o aceptar que el acto o estado al que uno está reaccionando es una ofensa. Esto significa que el ofenderse también puede evaluarse epistémicamente, porque ofenderse es o por lo menos incluye una creencia o una actitud de aceptación similar hacia la proposición de que el acto en cuestión fue una ofensa dirigida a uno. II. Fundamentos de la Ofensa Una teoría de la ofensa debe poder explicar porqué una ofensa es ofensiva Un acto puede

Muy / Poco

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“Mucho/muy” y “poco” en realidad no son completamente opuestos, no tanto porque sean relativamente incompatibles, sino por las muchas asimetrías que hay entre ellos. Por ejemplo, decimos “un poco”, pero no “un mucho”. ¿Será que hay varios pocos pero un solo mucho? ¿O será que “poco” es adjetivo contable, pero “mucho” es de masa? Tal vez lo que pasa es que “poco” es el análogo de “mucho” y “un poco” corresponde a “muy”, es decir, por lo general, así como podemos sustituir “poco” por “mucho” (para obtener algo parecido a su contrario), también podemos sustituir “un poco” por “muy”, con un efecto similar:  “Este cocktail está muy caro.”  “Este cocktail está un poco caro.”  También me llama la atención que si algo es poco, entonces no es suficiente, pero si es mucho, es más que suficiente. En otras palabras, no usamos la expresión “menos que suficiente” para decir “poco”, aunque sí usamos la frase “más que suficiente” para decir que algo es mucho. Aun más extraño, cuando dec

Diferentes sentidos de explicación

En su disertación, David Gaytán defiende que, en ciencia, hay dos sentidos de “explicación”, una asimétrica (es decir donde si A es parte de lo que explica B, B no puede ser parte de lo que explica A) y otra simétrica (es decir donde si A es parte de lo que explica B, B también puede ser parte de lo que explica A). La primera puede ser de dos tipos: causal (el explanans causa el explanandum) y de fundamentación (el explanans es mas fundamental en algún sentido metafísico que el explanandum). En ambos casos, la explicación en este primer sentido (asimétrico) es metafísica o, como dice él, al nivel de los hechos; mientras que en el segundo sentido (el simétrico), la explicación es mas bien espitémica o, como dice él, al nivel de las proposiciones. En este caso, explicar algo no es sino dar buenas razones para creerlo.