¿Podemos percibir entidades abstractas?
El problema:
Asumiendo que es posible percibir [ver/escuchar/etc.] algo como un X, donde X es un tipo del que el objeto es una instancia, como han sostenido gente como Dodd (2007), Wolterstorff (1980) y yo (2025) (pero no Meléndez 2023) ¿en qué consiste este proceso?
Hipótesis de Wouter A. Cohen: Para poder hacerlo es necesario, por lo menos, saber de qué tipo de tipo X es, válgase la redundancia. Por ejemplo, si queremos escuchar una interpretación de Guantanamera como una interpretación de Guantanamera, debemos saber lo suficiente sobre qué tipo de convenciones regulan la individuación de canciones en el género al que pertenece Guantanamera.
En mi experiencia inmediata puedo corroborar que esto es, por lo menos, muy plausible. ¿Cuantas veces no hemos escuchado a alguien que no sabe nada de, por ejemplo, Emo, decir que dos canciones del género, que a nosotros nos suenan claramente como dos composiciones distintas, decir que le suenan igual, que son la misma o que una se fusiló a la otra?
Según Cohen, esto se debe a que solo en el contexto de un género podemos hacer las distinciones adecuadas para poder determinar dentro de la ejecución qué de lo que escuchamos puede generalizarse a cualquier otra ejecución de la misma pieza, qué es específico de esta ejecución en particular, y, añadiría yo, qué aspectos se deben a otras convenciones generales del género. A este fenómeno, Cohen lo llama los “estándares de extrapolación”.
Cohen nota, además, que muchas veces no basta escuchar una pieza musical para saber a qué genero pertenece, obviamente, así que uno deberá apelar a pistas de otro tipo (Aquí entran las famosas fichas musoegráficas y otras descripciones – como las así-llamadas “liner notes” de los discos – que acompañan a muchas piezas de arte y que tantos dolores de cabeza le dan a la filosofía del arte contemporáneo). Es prácticamente imposible ver la obra de Sturtevant "Johns Target with Four Faces" como dicha obra en vez de como “Target with Four Faces” de Jasper Johns si uno no sabe ya antes que lo que está viendo es precisamente a la primera obra y no la segunda. Según Cohen, quien esté en esta situación, habrá visto “John’s Target with Four Faces”, pero no la habrá visto como “John’s Target with Four Faces” … y tampoco la habrá visto como “Target with Four Faces” simplemente porque la obra no es “Target with Four Faces”, aunque esta segunda parte no me parece tan obvia como Cohen piensa. Después de todo, todo el tiempo percibimos cosas como cosas que no son: vemos a gente como güera cuando no lo es, a ventanas como puertas, etc. como bien señala Platón en su Teeteto. Finalmente, añade Cohen, quien no pueda percibir la pieza como del tipo que es, no la habrá apreciado correctamente.
No es difícil darse cuenta de que éste no es sino el viejo problema de la abstracción, solo en una versión súper-empirista. Cuando veo por primera vez a un perro, ¿cómo sé cuales de sus propiedades puedo extrapolar como expectativa racional para la próxima vez que vea a un perro? – se preguntaban Ruth Millikan y Karen Neander, por ejemplo. Esta pregunta puede reformularse como la pregunta tipo-Cohen de ¿cómo puedo ver a un perro como un perro?
Pero como el ejemplo de Sturtevant indica, el problema es realmente mas común (como creo que ya se habían dado cuenta Neander y Millikan) pues también se da en el caso de individuos (de todo tipo de sustancias, dirían Millikan y Neander). Esto significa que si Cohen tiene razón en pensar que éste es un problema para la hipótesis de que podemos percibir entidades abstractas también lo sería para la hipótesis de que podemos percibir individuos concretos, lo cual llevaría a un escepticismo demasiado radical en mi opinión.
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