Variedades del Antirealismo
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Cuando hablamos de realismo y anti-realismo desafortunadamente solemos presentarlos como una dicotomía cuando en realidad hay muchas cosas a las que llamamos realismo y muchas maneras de no ser realista. Ser realista es pensar que las cosas son realmente como se dice que son, pero decir esto es claramente circular pues depende de qué pensemos que es lo real. Por eso yo prefiero usar la palabra "realista" para aquellos que piensan que las cosas son como decimos que son independientemente de que digamos que son así y, en general, independientemente de nuestra subjetividad, nuestras construcciones sociales, convenciones y otras contingencias históricas. En otras palabras, ser realista es creer que a lo que decimos le corresponden hechos objetivos. A mucha gente no le gusta llamar sólo a esta posición "realismo" porque presupone que nuestras convenciones, instituciones, construcciones históricas, etc. no son reales. No me importa mucho si queremos usar el término de una manera u otra, sino que quede clara la distinción. De cualquier manera, hay muchas maneras por las cuales las cosas podrían no ser realmente cómo se dice que son, ya sea porque lo que se dice es falso o porque lo que se dice no es verdadero, pero tampoco falso; o tal vez es verdadero pero no en el sentido de corresponder con la realidad, sino en algún otro sentido. Para ello he dibujado este diagrama.
Cuando hablamos de realismo y anti-realismo desafortunadamente solemos presentarlos como una dicotomía cuando en realidad hay muchas cosas a las que llamamos realismo y muchas maneras de no ser realista. Ser realista es pensar que las cosas son realmente como se dice que son, pero decir esto es claramente circular pues depende de qué pensemos que es lo real. Por eso yo prefiero usar la palabra "realista" para aquellos que piensan que las cosas son como decimos que son independientemente de que digamos que son así y, en general, independientemente de nuestra subjetividad, nuestras construcciones sociales, convenciones y otras contingencias históricas. En otras palabras, ser realista es creer que a lo que decimos le corresponden hechos objetivos. A mucha gente no le gusta llamar sólo a esta posición "realismo" porque presupone que nuestras convenciones, instituciones, construcciones históricas, etc. no son reales. No me importa mucho si queremos usar el término de una manera u otra, sino que quede clara la distinción. De cualquier manera, hay muchas maneras por las cuales las cosas podrían no ser realmente cómo se dice que son, ya sea porque lo que se dice es falso o porque lo que se dice no es verdadero, pero tampoco falso; o tal vez es verdadero pero no en el sentido de corresponder con la realidad, sino en algún otro sentido. Para ello he dibujado este diagrama.
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