Sobre las metáforas
Uno de los retos que enfrenta toda teoría de la metáfora es explicar porqué las metáforas suelen ser asimétricas, mientras que las relaciones de semejanza en las que descansan son simétricas. La metáfora “los kurdos luchan como panteras” es apta, “las panteras luchan como kurdos” no, pese a que si los kurdos luchan como panteras, entonces las panteras luchan como kurdos.
Una manera en que se ha tratado de explicar esta asimetría es apelando a la noción de ‘paradigmaticidad”: en metáforas aptas, el vehículo [“pantera”] es una instancia mas paradigmática de la propiedad transferida [coraje, ferocidad, etc.] que el tópico [“kurdos”]. Esto se debe a que el vehículo [“pantera”] es más accesible, es decir, más familiar al escucha, que la propiedad transferida [coraje, ferocidad, etc.]. Así se forma una nueva categoría ser-como-el-vehículo-en-los-aspectos-relevantes – en nuestro ejemplo, ésta sería ser-fiero-como-una-pantera] que puede almacenarse y consolidarse en el proceso de convencionalización de la metáfora.
Podemos distinguir dos maneras en las que se han estudiado las metáforas dependiendo de qué tanta importancia se le da al tópico en el proceso de interpretación. En algunos modelos, como el de Tourangeau y Sternberg, el tópico sirve para disparar el proceso de interpretación metafórico, pero una vez iniciado, éste tiene que ver, mas que nada, con el vehículo. Por eso es tan difícil usar el mismo vehículo para transferir diferentes propiedades a un mismo tópico. Por ejemplo, es muy difícil usar “cochino” metafóricamente sin comunicar la propiedad de “sucio”y esto no es sólo una característica de las metáforas convencionalizadas (como ésta), sino que se debe a que, como señalan Tourangeau y Sternberg, la aptitud de una metáfora depende fuertemente de las propiedades sobresalientes paradigmáticas del vehículo, lo cual es independiente de la relación conceptual entre vehículo y tópico. En otras palabras, como interpretamos la metáfora depende casi exclusivamente del vehículo y no del tópico.
En contraste, en otros modelos, como el de Jones & Estes o Barrera, el tópico juega un papel mas sustancial en la interpretación de las metáforas. Jones y Estes, por ejemplo, señalan que para que una metáfora sea apta no basta que el vehículo tenga una propiedad sobresaliente y paradigmática que puede predicarse del tópico, sino que es necesario también que dicha propiedad sobresaliente sea relevante para el tópico. Para Barrera, sin embargo, al añadir esta segunda condición ya no están hablando de aptitud, sino de otra virtud independiente de las buenas metáforas que ella llama “coherencia”. En ambos casos, sin embargo, lo que se interpreta metafóricamente no es, sensu strictu, sólo el vehículo, sino la relación entre vehículo y tópico.
Ilustremos la diferencia entre ambos enfoques con un ejemplo: “El jugador de basketball fue un trueno” no es apta en el sentido de Jones y Estes, pero sí en el de Tourangeau y Sternberg en tanto hay una propiedad [lo sonoro] sobresaliente del vehículo [“trueno”] que es transferible al tópico [“el jugador de basketball”]. Lo que falta es coherencia entre esta propiedad y el tópico; en términos de Jones & Estes, esta propiedad, aunque sobresaliente en el vehículo, no es relevante para el tópico, es decir, no es una propiedad relevante para hablar de jugadores de basketball.
Estas son algunas de mis primeras observaciones de discutir con Kirareste Barrera sobre este fascinante tema. Esperamos en algún momento escribir un artículo juntos.
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