¿Podemos aprender de la ficción?

Por lo menos desde Platón y Aristóteles se ha discutido si la lectura de cierto tipo de ficciones explícitamente didácticas como la fábula y la tragedia o, en tiempos mas recientes, novelas y otras ficciones realistas. Si bien mis intuiciones son pesimistas en este respecto, reconoce que hay un tipo de argumento Neo-Aristotélico que, por lo menos prima facie, nos permite obtener conclusiones sobre el mundo a partir de premisas sobre la ficción. Esquemáticamente, lo podemos presentar así:

  1. Premisa: La novela N está estructurada de manera X y fue escrita en el contexto socio-histórico H, etc.. [Premisa sobre la forma y contexto de la obra de ficción]
  2. Premisa: Las novelas que están estructuradas de manera X y fueron escritas en el contexto socio-histórico H, etc. son del género G, por ejemplo, el género naturalista. [Premisa sobre la relación de la obra de ficción particular en cuestión con convenciones literarias mas amplias].
  3. La novela N es naturalista, es decir, es del género G. [Conclusión parcial de 1 y 2]
  4. Premisa: En el género G, en el naturalismo, ciertos enunciados (que juegan cierto papel X en la obra) deben ser verdaderos (para que la obra sea una buena obra naturalista). [Premisa sobre las convenciones del género]
  5. Premisa: En la novela N, el enunciado P juega el papel X. [Premisa sobre el contenido y estructura de la obra de ficción]
  6. Conclusión: El enunciado P es verdadero. [De 3, 4 y 5 por instanciación universal]

Según los Neo-Aristotélicos, así podemos obtener conocimiento sobre el mundo a partir de premisas sobre la ficción – su contenido, contexto y convenciones.

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